REDUCCIÓN 

DE RIESGOS Y DAÑOS
EN CONSUMO DE NICOTINA
 

¿Qué es la reducción de riesgos y daños en consumo de nicotina?

La reducción de riesgos y daño es un enfoque de salud pública originado en la década de los 70s y aplicado en las políticas públicas para el abordaje del consumo de sustancias psicoactivas en Colombia desde el año 2007[1], y que tiene como objetivo aminorar los impactos negativos de una actividad nociva, mas no prohibir o eliminar la acción en sí misma.

“Los programas de reducción del daño se entienden como todas aquellas “políticas, programas y prácticas orientadas principalmente a reducir las consecuencias adversas sanitarias, sociales y económicas derivadas del consumo de drogas psicoactivas legales e ilegales, sin abandonar necesariamente el consumo de drogas” (Reducción de Daños Internacional -HRI-, 2018). Es un concepto que engloba tanto a la salud pública como a los derechos humanos, una estrategia fuertemente arraigada en el humanitarismo que rechaza todo tipo de discriminación, estereotipo y estigmatización de las personas que usan drogas.

La evaluación de los servicios de reducción de daños ha sido exhaustiva y su implantación se fundamenta en pruebas empíricas que responden a una muy buena relación coste-eficacia en aspectos tan capitales como la prevención del contagio de enfermedades de transmisión sanguínea o el acceso a la atención de la salud de la población en consumo activo. Es pues un abordaje que garantiza no solo un impacto probado en la persona consumidora, sino también en su familia/entorno próximo y en la comunidad en general.”[2]

La reducción de riesgos y daños en nicotina tienen objetivo reducir los impactos negativos del consumo de nicotina promoviendo formas de menor riesgo, estrategias de autocuidado y alternativas para las personas que no quieren o no pueden dejar de fumar para administrarse nicotina.

Actualmente, existe amplia evidencia internacional sobre productos de suministro de nicotina con menor riesgo como son los vapeadores, cigarrillos electrónicos, productos de tabaco calentado y el “snus” sueco – éste particularmente demostrando ser científicamente más seguro que fumar tabaco-.

Diferentes autoridades en salud pública han manifestado su posición frente al uso de dispositivos que administran nicotina sin combustión. Este es el caso del Instituto de Salud Pública de Inglaterra que afirma que “el vapeo representa sólo una pequeña fracción de los riesgos de fumar y cambiarse completamente de fumar a vapear transmite beneficios sustanciales que seguir fumando. Los cigarrillos electrónicos son por lo menos 95% menos nocivos que los cigarrillos”. Así mismo, por su parte, el Colegio Real de Médicos de Inglaterra ha manifestado que “la nicotina por sí sola no es especialmente peligrosa y si la nicotina pudiera ser provista en una forma que fuera aceptable y efectiva como sustituto del cigarrillo, millones de vidas podrían ser salvadas.”

En esa misma línea, expertos internacionales, como el Profesor de Salud Pública y Líder Suizo de Investigación sobre el Control de Tabaco, Jean Francois Etter han afirmado que “la combustión del cigarrillo, más que el tabaco o la nicotina, es la causa de un desastre de salud pública. El proceso de combustión produce muchos compuestos tóxicos que no se encuentran en el tabaco sin quemar”[3].

De esta forma, expertos internacionales han coincidido en que la nicotina, aunque adictiva, no es la principal causa de las enfermedades relacionadas con el tabaquismo y en ese sentido, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha reconocido que, “si la gran mayoría de fumadores de tabaco que no son capaces de dejar de fumar, ni desean hacerlo, se cambiaran sin demora al uso de una fuente alternativa de nicotina con riesgos más bajos para la salud, y eventualmente dejan de utilizarlo, esto representaría un logro significativo en la salud pública”[4].

En consecuencia, autoridades y expertos han declarado abiertamente que, además de los esfuerzos del gobierno para prevenir la iniciación en el consumo del tabaco y para incentivar a los fumadores a dejar de fumar, darle a los fumadores acceso a alternativas menos nocivas puede beneficiar la salud pública. Precisamente, este enfoque es el conocido como “reducción del daño”

“Los cigarrillos electrónicos, y otros sistemas de entrega de nicotina, ofrecen, pues, un vasto potencial de beneficios para la salud, pero para maximizar esos beneficios, mientras se minimizan los daños y riesgos para la sociedad, se requiere una regulación apropiada, un monitoreo cuidadoso y un buen manejo del riesgo. Sin embargo, la oportunidad de usar este potencial en una política de salud pública, complementando políticas integrales de control del tabaco existentes, no se debe desaprovechar.” Salud Pública de Inglaterra, E-CIGARETTES: A REPORT COMMISSIONED BY PUBLIC HEALTH ENGLAND, pg.24 (2014)

“Las políticas de reducción del daño “pueden ser herramientas valiosas en el esfuerzo de promover la salud pública por medio de la reducción de la morbilidad y la mortalidad asociadas con el consumo del tabaco, en particular si las compañías aprovechan estas disposiciones para hacer cambios audaces e innovadores en sus productos…” FDA E.E.U.U., MODIFIED RISK TOBACCO PRODUCT APPLICATION, GUIDANCE FOR INDUSTRY: DRAFT GUIDANCE.

Estos y muchos más argumentos nos permiten incorporar el enfoque de reducción de riesgos y daños al consumo de nicotina desde un enfoque de salud pública y el respeto por los derechos de las personas que consumen esta sustancia.

Algunas recomendaciones claves para la reducción de riesgos y daños son:

  • Buscar alterativas diferentes a la combustión como son los dispositivos electrónicos que entregan nicotina sin combustión, como lo son los vapeadores, cigarrillos electrónicos, productos de tabaco calentado, nicotina en polvo, crema o “snuss” sueco (bolsitas de tabaco para poner en las encías).
  • Adquirir estos productos en tiendas especializadas en donde le podrán dar la orientación e información sobre riesgos necesaria para usarlos.
  • Consultar a su médico por alternativas para la cesación tabáquica, ellos le podrán brindar opciones como parches, chicles y/o terapia psicológica.

Y sí, por el contrario, no desea dejar de consumir nicotina a través de combustión, les invitamos a que tenga en cuenta estas recomendaciones:

  • Realice caladas más cortas al cigarrillo, sin llevar todo el humo hasta el fondo de los pulmones.
  • No fume el cigarrillo hasta el filtro para prevenir una acción más severa y evitando el calor de la combustión.
  • Si va a fumar hágalo en espacios abiertos y ventilados, nunca en áreas pequeñas y con poca ventilación.
  • Mantenga hidratada la boca y la garganta, esto ayuda a reducir los niveles de irritación.
  • Reduzca el número de cigarrillos al día.
  • Evite fumar dentro de las dos horas previas a dormir, reduce el insomnio y ayuda a conciliar el sueño.
  • Haga pausas en sus hábitos de consumo, intente dejar de fumar por un tiempo y pruebe cómo se sienten y huelen algunos alimentos. Por ejemplo, pruebe las frutas después de haber dejado de fumar, sentirá la diferencia.

Frente a las opciones que decida para administrarse nicotina, ya sea a través de combustión mediante cigarrillos o mediante otros dispositivos, le recomendamos:

  • Mantener una dieta rica en vitaminas y proteínas.
  • Realizar algún tipo actividad física que le ayude a estar activo, sin excederse.
  • Realizar ejercicios de respiración.
  • Los ejercicios como el yoga y pilates ayudan a tener un mejor control de la respiración, además de conseguir concentración mental que ayuda para el manejo de la ansiedad.
  • Alimentarse bien, coma muchas verduras y frutas que contengan vitamina C como el kiwi, naranja, toronja, fresas, brócoli, pimentones verdes, tomate, entre otros.
  • Hidratar su piel constantemente, tome alimentos que contengan vitamina E.

De igual manera, se recomienda el consumo de vitaminas B1, B6, B12 y ácido fólico; si dejó de fumar y empezó a utilizar dispositivos de administración de nicotina, estas ayudarán en el proceso de regeneración de los daños que el tabaco le ha ocasionado.


[1] https://www.odc.gov.co/Portals/1/Docs/politDrogas/politica_nacional_consumo.pdf

[2] https://www.acciontecnicasocial.com/reduccion-de-danos-en-la-intervencion-con-drogas-conceptos-y-buenas-practicas/

[3] Jean-Francois Etter, profesor de salud pública y líder suizo de la investigación sobre el control del tabaco. https://www.revmed.ch/rms/content/download/212558/3431793/version/1/file/RMS_478_1295.pdf

[4] Organización Mundial de la Salud, “Electronic Nicotine Delivery Systems and Electronic Non-Nicotine Delivery Systems (ENDS/ENNDS), Agosto de 2016. https://www.who.int/fctc/cop/cop7/FCTC_COP_7_11_EN.pdf?ua=1

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